Cooperativa aceitera La Matanza, Prohuerta INTA y Cooperativa gráfica Campichuelo, todos emprendimientos que fueron acompañados por el Ministerio de Desarrollo, y así lograron hacer de un año complicado, un nuevo lugar desde el cual salir adelante.
Cooperativa aceitera La Matanza
Uno de los lugares que sufrió la pandemia fue la cooperativa Aceitera La Matanza. En diálogo con El1 Digital, Raúl Gutiérrez, vocal 1º del lugar, confirmó que, esta semana, pudieron retomar su actividad luego de estar dos semanas inactivos, producto de “25 casos positivos de COVID-19 entre los trabajadores y un fallecimiento”.
La cantidad de infectados fue bastante alta, teniendo en cuenta que el total de trabajadores es de poco menos de 90. “Tuvimos un primer caso y no pudimos controlarlo. Debimos cerrar y frenar la producción por este problema”, expresó,a pesar de cumplir con el protocolo sanitario en las instalaciones, y agregó que la víctima fatal “estaba dentro del grupo de riesgo”.
Buenas expectativas
Las dos semanas mencionadas fueron el único lapso de tiempo en que la cooperativa no pudo funcionar en los cinco meses de aislamiento social, debido a que, como se enmarca dentro del rubro alimenticio, está exceptuada para poder trabajar desde el primer día.
Por eso, el lugar no vio muy resentida su producción ni sus ingresos: “En la rentabilidad, no nos vimos muy afectados porque teníamos caja para amortizar y, casi, no estuvimos sin trabajar”. “Las expectativas son buenas, hay que reforzar más los cuidados”, señaló, con optimismo a los próximos días y la flexibilización de la cuarentena.
ProHuerta INTA
A partir de una resolución del Consejo Directivo del INTA, del 3 de agosto de 1990, inició su actividad el Proyecto Integrado “Promoción de la Autoproducción de Alimentos (ProHuerta)”, concebido con el objetivo de contribuir a mejorar la seguridad y la soberanía alimentaria en los sectores vulnerables de la población. Se creó en el escenario de una severa crisis en la Argentina y actualmente, tras 30 años, ratifica sus credenciales en el contexto de la pandemia por el coronavirus –declarada en marzo de 2020 por la Organización Mundial de la Salud–, que empeoró los indicadores socioeconómicos en el país.
Este programa del INTA está enfocado en contribuir a garantizar la soberanía y seguridad en zonas urbanas y rurales, con el impulso de la agroecología para el auto-abastecimiento, la conformación de sistemas locales de producción, el arraigo y la organización social; a través de la capacitación, la asistencia técnica, el desarrollo de tecnologías apropiadas y el financiamiento de proyectos productivos.
Tiene, en la actualidad, más de 4.000.000 de personas como beneficiarias, gracias a una red federal de 9.192 promotores voluntarios –un 67 % son mujeres–, 744 ferias agroecológicas y la coordinación con más de 3.000 organizaciones e instituciones. Del total de las huertas con las que trabaja en todo el país –637.847– casi el 97 % son familiares.
Cooperativa gráfica Campichuelo
El subsecretario de Articulación Territorial, Gerardo Girón, del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social recorrió la cooperativa Gráfica Campichuelo junto al socio fundador y presidente actual, Hugo Cabrera.
La cooperativa cuenta con 42 trabajadores que fueron beneficiarios del programa de Asistencia de emergencia al Trabajo y la Producción (ATP).
Acompañado por la Directora de Gestión Administrativa, Ximena Merlo y el Jefe de la Agencia Territorial CABA, Sebastián Malnero, saludó a los trabajadores que se encuentran realizando guardias en concordancia con el protocolo vigente por la pandemia de Covid-19.
Esta Cooperativa no podría haberse mantenido si no fuera por el ATP y la lucha constante de sus trabajadores.